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Tratado de Neuilly-sur-Seine

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Tratado de Neuilly-sur-Seine

Firma por el primer ministro búlgaro Alejandro Stamboliski del Tratado.
Firmado 27 de noviembre de 1919[1]
Neuilly-sur-Seine, Francia
Condición Ratificación por Bulgaria y los tres principales países aliados.
Firmantes Aliados:
Bandera de Francia Francia
Bandera de Grecia Grecia
Bandera de Italia Italia
Bandera de Japón Japón
Bandera de Rumania Rumanía
Bandera de Yugoslavia Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos
Bandera del Reino UnidoReino Unido
Bandera de Estados Unidos Estados Unidos
Potencia Central:
Bandera de Bulgaria Bulgaria
Partes Bulgaria, como parte de las Potencias Centrales, y los Aliados
Depositario El Gobierno francés
Pérdidas territoriales búlgaras por el Tratado de Neuilly:      Territorio tras el Tratado      Pérdidas territoriales

El Tratado de Neuilly-sur-Seine fue firmado el 27 de noviembre de 1919 en Neuilly-sur-Seine (Francia) entre el Reino de Bulgaria y las potencias vencedoras en la Primera Guerra Mundial.

De acuerdo con lo estipulado en el tratado, Bulgaria reconocía el nuevo reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos (Yugoslavia), se comprometía a pagar cuatrocientos cincuenta millones de dólares en concepto de indemnización[2]​ y reducía su Ejército a veinte mil soldados. Además, perdía cuatro enclaves de terreno occidental en favor de Yugoslavia[2]​ y cedía Tracia occidental al Reino de Grecia, por lo que quedaba sin acceso al mar Egeo.[2]

El tratado es conocido en Bulgaria como la «Segunda Catástrofe Nacional», siendo la primera su derrota en la guerra balcánica de 1913.

Negociaciones

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Los delegados búlgaros eran tan variados como el nuevo Gobierno de coalición del que provenían: el primer ministro Teodorov y Mijaíl Srafov eran políticos conservadores y rusófilos, Mijaíl Ganev era un radical y Ianko Sakarov un socialista y Stamboliski representaba a los agrarios.[3]​ El principal asesor de la delegación era el veterano diplomático Dimitar Stanchov.[3]

La delegación búlgara llegó a París el 26 de julio de 1919 y pronto quedaron limitados sus movimientos,[3]​ prohibiéndosele visitar la capital y quedando vigilada por detectives, que debían acompañarles en sus paseos por los bosques cercanos al Palacio de Madrid de Neuilly,[3]​ donde fue instalada y en sus visitas a la cercana Neuilly-sur-Seine.[4]​ Su correspondencia fue censurada[3]​ y a sus miembros se les prohibió recibir visitas.[4]​ La delegación permaneció de esta manera durante dos meses[5]​ y no pudo participar en la preparación del tratado de paz.[3]​ La delegación regresó a Bulgaria tras las elecciones de agosto que llevaron a Alejandro Stamboliski a la presidencia del Consejo de Ministros de un nuevo Gobierno de coalición, que acabó formándose en octubre tras los intentos fallidos de incluir a socialistas y comunistas.[5]​ El arresto de los antiguos ministros del Gobierno durante la guerra mundial no sirvió para congraciarse con los vencedores de la contienda, aunque fue un gesto popular en Bulgaria.[5]​ Los intentos de los búlgaros de evitar la devolución de Macedonia a Serbia mediante la propuesta de creación de una Macedonia autónoma fue rechazada.[6]

El 19 de octubre,[7]​ los Aliados presentaron sus condiciones para firmar la paz,[7][8]​ que resultaron ser mucho peores de lo esperado por los delegados búlgaros.[5]​ Estos solicitaron diez días para preparar su respuesta, que les fueron concedidos; el 24 de octubre se presentó esta,[8]​ que solo produjo cambios menores[7]​ en la redacción presentada por los Aliados.[5]​ Los intentos de presentar al país como una nueva nación pacífica y democrática, diferente de la que se les había enfrentado en la guerra, fracasaron.[5]​ La delegación regresó a Bulgaria, donde el presidente de la misma, el anterior primer ministro, Teodor Teodorov, expresó su oposición a firmar el tratado impuesto por las potencias;[7]​ ante la imposibilidad de oponerse a él por la fuerza, Stamboliski[7]​ y el rey decidieron aceptarlo.[5]​ Los Aliados habían concedido hasta el 13 de noviembre de 1918 a Bulgaria para que indicase si estaba dispuesta a aceptar las condiciones estipuladas, tras rechazar sus alegaciones el 3; el 12 de noviembre el Gobierno comunicó su disposición a firmar incondicionalmente el tratado.[9]​ Stamboliski regresó como único delegado a París, donde trató infructuosamente[7]​ de mejorar las condiciones impuestas.[1]​ El 27 de noviembre de 1919[9]​ rubricó el tratado de paz en el ayuntamiento de Neuilly.[1][10]​ El parlamento búlgaro lo ratificó el 12 de enero de 1920.[11]

Disposiciones del tratado

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El tratado de paz constaba de trece apartados, que agrupaban condiciones de distinta índole distribuidas en 296 artículos:[8]

  • El primero trataba sobre la nueva Sociedad de Naciones.[11]
  • El segundo trazaba las nuevas fronteras de Bulgaria, que pierde en favor del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos las poblaciones de Bosilegrad, Dimitrovgrad y Strumica.[11]
  • El tercero incluía las «cláusulas políticas», que incluían las condiciones sobre las relaciones internacionales del país y las protección de las minorías.[11]
  • El cuarto contenía las condiciones sobre el Ejército y la Armada.[11]
  • El quinto trataba sobre prisioneros de guerra y las tumbas de los caídos en la contienda.[11]
  • El sexto contenía el tratamiento de aquellos culpables de crímenes de guerra.[11]
  • El séptimo se refería al pago de compensaciones de guerra.[11]
  • El octavo trataba de finanzas.[11]
  • El noveno contenía las cláusulas económicas.[11]
  • El décimo versaba sobre la navegación aérea.[11]
  • El décimo primero, sobre puertos, ferrocarriles y vías fluviales.[11]
  • El décimo segundo, sobre asuntos laborales.[11]
  • El décimo tercero y último reunía cláusulas variadas.[11]

La oposición búlgara al tratado se concentraba en los apartados segundo (el territorial[12]​), cuarto (las restricciones militares) y séptimo (las compensaciones económicas a los vencedores).[13]​ El tratado no se basó, como esperaban los representantes búlgaros, en los Catorce Puntos del presidente estadounidense Woodrow Wilson,[10]​ sino en motivos estratégicos y el deseo de los vencedores de evitar futuras agresiones búlgaras contra sus vecinos.[14]​ Los Aliados consideraban al país culpable de haber alargado la contienda al permitir las comunicaciones y abastecimiento de los Imperios Centrales durante su primer periodo de neutralidad y más tarde de haber participado del lado de estos en el ataque a Serbia en septiembre de 1915.[15]

Consecuencias territoriales

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La Dobruja meridional hubo de ser devuelta a Rumanía,[10]​ a pesar de contar por entonces con mayoría búlgara,[13]​ y de haber defendido los Estados Unidos su cesión a Bulgaria durante las conversaciones sobre la redacción del tratado de paz.[16]​ En el Sur recibió un pequeño territorio al noroeste de Edirne, pero en el oeste hubo de devolver Macedonia y los territorios del valle del Morava conquistados durante la guerra, aunque el tratado no incluía mención alguna sobre Macedonia.[13]​ Hubo de ceder a la nueva Yugoslavia además tres pequeños territorios que permitían el acceso al valle del Morava, con unos 92 000 habitantes.[10][13]Tracia occidental (de mayoría musulmana)[17]​ quedó también bajo administración temporal aliada,[15]​ que debía decidir a quién entregarla.[10][13]​ El artículo 48, por el contrario, afirmaba el compromiso de los Aliados de conceder un acceso económico (aunque no necesariamente territorial) a Bulgaria en el Egeo.[10][13]​ Tracia quedaba fuera del territorio búlgaro para proteger Constantinopla y los estrechos turcos de posibles agresiones.[15]​ Si en 1915 Bulgaria contaba con 47 750 km² y 5,5 millones de habitantes, en 1921 estos habían quedado reducidos a 45 000 km² y 5,2 millones.[13]​ Se calcula que alrededor de un millón de macedonios se consideraban por entonces búlgaros y quedaron fuera de las nuevas fronteras trazadas en el tratado de paz.[13]

Condiciones militares

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El tratado, único entre todos los firmados con las naciones derrotadas, estipulaba el número de rifles que podían utilizar las fuerzas de seguridad búlgaras (33 000).[18]​ De ellos, veinte mil quedaban reservados para el Ejército y tres mil para guardafronteras.[18]​ El Ejército quedó limitado a veinte mil soldados, la gendarmería a diez mil hombres y Bulgaria podía contar únicamente con tres mil guardafronteras.[10]​ Se prohibió el servicio militar obligatorio[10]​ y se impuso un Ejército de voluntarios,[10]​ con veinte años de servicio para los oficiales y doce para los suboficiales.[18]​ Se prohibía que la proporción de oficiales superase el 5 % de la tropa y quedaban prohibidas las maniobras o la planificación de campañas militares.[18]​ La mayor unidad militar permitida era la división.[18]​ Se limitó el armamento que podía mantener el Ejército y la Armada.[18]

Indemnizaciones de guerra

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Se impuso a Bulgaria el pago de dos mil doscientos cincuenta millones de francos-oro[10]​ o noventa millones de libras, que debían pagarse en plazos semestrales durante treinta y ocho años.[14]​ Además, Bulgaria debía entregar a Serbia cincuenta mil toneladas de carbón durante cinco años y entregar a los países vecinos vencedores cierta cantidad[10]​ de ganado.[14]​ Se establecía la creación de una comisión para administrar y vigilar el pago de estas compensaciones.[10][14]​ estas compensaciones tardaron en llegar demasiado, y tras la llegada de Hitler al poder, si interrumpen estas medidas.

Consecuencias y aplicación

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Las principales consecuencias para Bulgaria provinieron de la obligación de pagar compensaciones a los vencedores.[19]​ La comisión encargada de gestionar y vigilar los pagos, dirigida por representantes de Francia, Italia y el Reino Unido, contaba con sus propios agentes y podía decidir qué impuesto o ingresos del Estado debían destinarse al pago.[19]​ Los plazos suponían además una parte importante de los ingresos del Estado, alrededor de un 55 % de su presupuesto y la dificultad del pago creció por la devaluación progresiva de la divisa nacional, que perdió un 700 % de su valor entre 1919 y 1923.[20]

La pérdida de Dobruya y Tracia, regiones de gran producción de cereal y tabaco respectivamente, productos que constituían el grueso de las exportaciones búlgaras (el tabaco representaba el 70 % de las exportaciones en 1917), dificultó la adquisición de divisas y el pago de las compensaciones de guerra.[20]​ Las pérdidas territoriales también conllevaron la llegada de cientos de miles de refugiados y el aumento de los gastos del Estado en su atención.[20]​ Su número en 1920 se calcula en alrededor de tres cuartos de millón de personas.[21]​ Tracia fue finalmente entregada a Grecia, a pesar de las esperanzas búlgaras de recuperarla, y se sucedieron las negociaciones para que Bulgaria obtuviese el acceso al Egeo que prometía el tratado.[22]​ Nunca se llegó a ningún acuerdo entre las dos naciones y la propuesta de que Grecia cediese Dedeagach y un corredor hasta la costa a cambio de un territorio equivalente no llegó a fructificar debido a la interrupción de las conversaciones por el golpe de Estado que acabó con Stamboliski.[23]​ Dobruya meridional volvió a poder de Sofía únicamente en 1940 por los acuerdos de Craiova favorecidos por el Eje.

El pago de compensaciones, sin embargo, se redujo notablemente: el primer pago se aplazó de 1921 a 1923 por acuerdo con los acreedores y ese año se aprobó un nuevo acuerdo de pago que alargó los plazos hasta 1983 en dos partes: quinientos cincuenta millones se habían de pagar en los primeros sesenta años y mil setecientos a partir de entonces hasta 1983.[24]​ El primer pago pasaba de ciento cinco millones a únicamente cinco; en realidad, cuando el pago se abandonó en 1932, Bulgaria solamente había entregado cuarenta millones.[24]

Notas y referencias

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  1. a b c Crampton, 2009, p. 77.
  2. a b c Jelavich, 1999, p. 166.
  3. a b c d e f Bell, 1977, p. 186.
  4. a b Crampton, 2009, p. 75.
  5. a b c d e f g Crampton, 2009, p. 76.
  6. Keserich, 1980, p. 48.
  7. a b c d e f Bell, 1977, p. 187.
  8. a b c Keserich, 1980, p. 49.
  9. a b Keserich, 1980, p. 51.
  10. a b c d e f g h i j k l Bell, 1977, p. 188.
  11. a b c d e f g h i j k l m n Crampton, 2009, p. 78.
  12. Keserich, 1980, p. 50.
  13. a b c d e f g h Crampton, 2009, p. 79.
  14. a b c d Crampton, 2009, p. 81.
  15. a b c Crampton, 2009, p. 82.
  16. Keserich, 1980, p. 47.
  17. Crampton, 2009, p. 83.
  18. a b c d e f Crampton, 2009, p. 80.
  19. a b Crampton, 2009, p. 98.
  20. a b c Crampton, 2009, p. 99.
  21. Crampton, 2009, p. 100.
  22. Crampton, 2009, p. 103.
  23. Crampton, 2009, p. 105.
  24. a b Crampton, 2009, p. 101.

Bibliografía

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Enlaces externos

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